20/07/2023

La amenaza alemana. Polonia se apresta a defenderse

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El poderío militar alemán iba en aumento, Hitler no encontraba oposición por parte de los países occidentales para sus reiteradas violaciones de los tratados internacionales. Polonia se encontró en una situación muy difícil. Seguía manteniendo relaciones normales con Alemania, a la vez que cultivaba sus estrechos vínculos con Francia, de lo cual dio muestras en 1936 a raíz de la ocupación Renania por la Wehrmacht, manifestando su disposición a colaborar militarmente con Francia. Sin embargo, ésta se encontraba embarcada ya en una política de concesiones frente a Alemania el “appeasement” y rechazó una eventual intervención. En otoño de 1938 tuvo lugar la conferencia de Múnich. Una parte de Checoslovaquia se encontró en poder de Alemania. El gobierno polaco no advirtió el peligro que el caso checoslovaco representaba para Polonia y la necesidad de reorientar su política exterior hacia la URSS. En lugar de ello, adhiriéndose en cierta manera a los acuerdos de Múnich, ocupó la parte checoslovaca de Cieszyn habitada en su mayor parte por polacos. Poco después Polonia se convirtió en blanco de una ofensiva diplomática alemana. Las primeras proposiciones germanas preveían la incorporación de Polonia al pacto contra la Komintern, la ocupación de Gdańsk por Alemania y una autopista extraterritorial alemana a través de Pomerania. A cambio de ello Alemania daría a Polonia garantías territoriales y prolongaría por 25 años el pacto de no agresión. Estas exigencias anunciaban que Polonia sería el blanco del siguiente ataque alemán. Polonia las rechazó de plano. Esta decisión de las autoridades polacas, respaldad por toda la sociedad, fue de histórica trascendencia. Constituyó el primer obstáculo en la carrera de conquistas no bélicas de Hitler. Es fácil imaginarse el desarrollo de los acontecimientos si Polonia, disponiendo de una fuerza militar que la ubicaba en el sexto lugar en Europa, se hubiese subordinado al III Reich.

Simultáneamente se intensificaban los preparativos para la defensa. Desde 1936 Polonia modernizaba apresuradamente sus fuerzas armadas, destinando para ello casi el 40% del presupuesto. Aunque era un esfuerzo enorme, la debilidad económica del estado y las grandes necesidades del ejército no permitían obtener a corto plazo los efectos deseados y los resultados de esta modernización debían ser logrados a comienzos de la década del cuarenta. Alemania, disponiendo por ese entonces del ejército más poderoso del mundo, destinaba para su equipamiento una suma treinta veces mayor que Polonia.

El 15 de marzo de 1939 Alemania ocupó el resto de Checoslovaquia, de modo que las tropas alemanas se emplazaron a lo largo del 60% de las fronteras de Polonia y envolvían el 70% de su territorio. En respuesta, las autoridades polacas decretaron a fines de marzo la movilización parcial. Dos divisiones tomaron posición en las fronteras y se prosiguieron los preparativos para la defensa. El 6 de abril fue publicado un comunicado polaco-inglés que anunciaba un acuerdo bilateral de ayuda mutua. A esta declaración se sumó el gobierno francés, con lo cual surgían en Europa los esbozos de una alianza trilateral antigermana. A fines de marzo Hitler ordenó preparar la campaña contra Polonia y el 28 de abril denunció la declaración polaco-germana de no utilización de la fuerza. Los nazis multiplicaron las provocaciones en las fronteras y las represiones contra la población polaca en el Reich y en Gdańsk, al tiempo que preparaban su quinta columna en Polonia. El 19 de mayo en París se firmó un protocolo que fijaba las bases de la colaboración militar polaco-francesa en tiempo de guerra, pero sus estipulaciones eran sumamente vagas. En el verano tuvieron lugar en Moscú negociaciones entre la URSS, Francia e Inglaterra sobre una colaboración militar en caso de agresión por parte de Alemania. Estas negociaciones no fructificaron. El 23 de agosto la URSS firmó un pacto con Alemania. El 25 de agosto se firmó un tratado de ayuda recíproca entre Polonia e Inglaterra.

En Polonia continuaban los preparativos para la defensa. Se movilizaron y trasladaron secretamente las unidades destinadas a cubrir los puntos fronterizos considerados prioritarios en la defensa. La fuerza aérea fue trasladada a bases de campaña para evitar su destrucción por sorpresa.

El 29 de agosto se decretó públicamente la movilización general, pero que a petición de los aliados fue postergada por un día, ocasionando un retraso imposible de recuperar. Al día siguiente, el 31 de agosto, en horas de la tarde los alemanes difundieron por la radio un ultimátum dirigido a Polonia, sin siquiera notificar de ello directamente al gobierno polaco.

Fuente: “Panorama Histórico de Polonia”

Biblioteca Polaca Ignacy Domeyko

Transcripción: Honorio Szelagowski

Director de Prensa CiPol