18/05/2020

San Juan Pablo II: Su legado a un siglo de su natalicio

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En el “Círculo Cultural Polonés” no podíamos dejar pasar tan magno acontecimiento desde que nuestra institución lleva el nombre del santo, sin dedicar algunas palabras a la memoria de tan insigne patriota polaco e iluminado servidor de Dios que dedicó su existencia a Dios y a los hombres hasta su último suspiro.

Karol Jósef Wojtyla, nació en Wadowice, una pequeña ciudad ubicada a 50 kms. De Cracovia, el 18 de mayo de 1920.

Fue el menor de los hijos de Karol Wojtyla, un suboficial del ejército austro-húngaro, profundamente religioso y Emilia Kaczorowska, de origen lituano.

Debemos recordar que Polonia había recobrado su independencia y soberanía en 1918 tras sucesivos tres repartos territoriales desde 1772, 1793 y 1795 entre las tres potencias vecinas, Rusia, Prusia y Austro-Hungría; es decir, que Karol nace en la Polonia renacida y en pleno ejercicio de su soberanía política.

Perdió a su madre a la edad de 9 años y a su padre a la edad de 21 años.

Sus estudios secundarios los realizó en la escuela de enseñanza media Marcin Wadomita de Wadowice, recibiendo a la edad de 18 el Sacramento de la Confirmación.

En el año 1938 comenzó sus estudios universitarios en la Universidad Jagellónica de Cracovia, en la licenciatura de Lengua y Literatura Polaca; allí también dio lugar a su vocación teatral.

Tras la invasión nazi de 1939, que cerró la universidad, comenzó a trabajar como obrero para ganarse la vida y evitar la deportación a Alemania.

En 1942 comenzó su formación religiosa en el seminario clandestino de Cracovia, dirigida por su Arzobispo, el Cardenal Adam Stefan Sapieha. Al concluir la segunda guerra mundial, pudo ordenarse sacerdote el 1 de noviembre de 1946 a la edad de 26 años.

Comienza entonces su extraordinario camino a la santidad: En 1948  recibe el doctorado en Teología en Roma. Su tesis versó sobre el tema de la fe en las obras de San Juan de la Cruz. En  1958 fue nombrado por Pio XII, Obispo auxiliar de Cracovia. En 1964 es nombrado por Pablo VI Arzobispo de Cracovia. En 1967 es nombrado Cardenal por el mismo Papa.

El 16 de octubre de 1978 es elegido como sucesor de Juan Pablo I. Es el 264 Papa de la Iglesia Católica; el primer Papa no italiano desde Adriano VI (1522-1523); el primer Papa polaco y el más joven desde Pio IX.

Karol Wojtyła muestra un perfil poco habitual entre los pontífices romanos: obrero, actor, dramaturgo, poeta, alpinista, políglota, de gran ascendencia sobre los jóvenes y además con la experiencia personal de haber ejercido su ministerio bajo las dictaduras del nazismo y del comunismo, conociendo profundamente la espiritualidad de la Europa Oriental.

Como ninguno de sus predecesores, Juan Pablo II se ha distinguido por la gran influencia ejercida en incontables naciones por recorrer infatigablemente el mundo en su labor evangelizadora que ensalzan propios y extraños, y por acercarse espiritualmente a su grey en los cuatro puntos cardinales. Se convierte así en un extraordinario pastor de almas dedicado a multiplicar su rebaño en toda la faz de la tierra y también, por qué no, en un infatigable campeón del ecumenismo, donde su fe sin mengua, distingue pero no separa.

Mucho se puede decir sobre su papado, su vigorosa devoción a la Virgen María, desde su más tierna edad. Su labor teológica, sus innumerables encíclicas, su labor filosófica, sus aportaciones a la ética, el estudio de las relaciones entre la teología, la filosofía y la ciencia expresados en la encíclica “Fides et Ratio”.

Desde nuestra humilde tarea de divulgación de la cultura polonesa, en la tierra que acogió generosamente a nuestros antepasados no podemos menos que recordar que el 24 de enero de 1979 acepta la petición de mediación en el conflicto fronterizo entre Argentina y Chile, circunstancia que contribuyó significativamente a evitar el derramamiento de sangre entre dos naciones hermanas. Y que en junio de 1982 realizó una visita pastoral a la Argentina, en relación al conflicto bélico con Gran Bretaña por las Islas Malvinas.

Asimismo, debemos recordar que el 2 de junio de 1979 realiza la segunda visita pastoral fuera de Italia, a Polonia, donde pronuncia su homilía histórica en la plaza de la Victoria de Varsovia:” No es posible entender la historia de la nación polaca sin Cristo”.

Da comienzo a un proceso de concientización política, que junto al líder del sindicato “Solidaridad”, Lech Wałęsa, culmina con la liberación del yugo comunista en 1989, que sojuzgó a la Nación Polaca por 45 años, desde la culminación de la Segunda Guerra Mundial.                              

Recordemos sus encíclicas: “Redeptor Hominis”(sobre la redención y la dignidad de la raza humana); “Dives in Misericordia”(sobre la misericordia de Dios); “Laborem exercens”(sobre el trabajo humano); “Slavorum Apostoli” (sobre los apóstoles eslavos); “Dominum et vivificantem” (sobre el Espíritu Santo); “Redemptoris Mater (sobre la vida de la Stma. Virgen); “Sollicitudo Rei Socialis” (sobre la cuestión social); “Centesimus Annus” (sobre la doctrina social) y “Veritatis Splendor”; (sobre algunas cuestiones fundamentales de la Moral de la Iglesia).

Sus libros: “Cruzando el umbral de la esperanza”; “Don y misterio. En el quincuagésimo aniversario de mi sacerdocio”; “Las poesías del “Tríptico romano””; “Memoria e Identidad” y “¡Levantaos! ¡Vamos!”.

Innumerables Cartas Apostólicas, Cartas Pastorales, Mensajes, Instrucciones, Exhortaciones, extensa cantidad de documentos pontificios que consolidan una inmensa e ímproba tarea de evangelización.

Una labor titánica, sobrehumana que solo se puede explicar desde el vigor de la oración y la fe en Dios.

Recordarlo en el centenario de su natalicio es agradecer humildemente a este insigne santo polaco por su inconmensurable herencia y ejemplo.

Hagamos votos para que su recuerdo nos de fuerzas para no claudicar en la labor emprendida y la misericordia de Dios no nos desampare en este tormentoso océano de nuestra precariedad humana, y que sea ejemplo de santidad para todos, como lo ha propuesto la Iglesia, desde el momento que fuera reconocido por sus virtudes heroicas al elevarlo a los altares.

Jacek Piechocki, vicepresidente 1° UPRA

jacekpiechocki@yahoo.com.ar