01/07/2023

Polonia en el período de gobiernos parlamentarios

Artículos

El 17 de marzo de 1921, tras largos debates, la Dieta aprobó la Constitución, que tomaba como modelo las instituciones de la III República de Francia. Se estableció un sistema de gobierno parlamentario. El poder legislativo correspondía a la Dieta y al Senado, elegidos por un período de 5 años en sufragio democrático. El Consejo de Ministros era responsable ante la Dieta. El papel del Senado y del presidente, elegido por ambas cámaras, era relativamente reducido. La Constitución proclamaba una amplia gama de derechos y libertades cívicos, aunque no todos podían aprovecharlos en igual medida (a las masas trabajadoras les era difícil hacer uso de derechos cuya realización supondría limitar el predominio económico de las clases poseedoras). Tampoco faltaron casos de discriminación de las minorías nacionales y principalmente de los campesinos ucranianos y bielorrusos. Otra seria restricción de las libertades cívicas era la prohibición de los partidos revolucionarios.

En 1922 se efectuaron las elecciones a la Dieta y al Senado. La derecho ganó la mayoría de escaños, seguida del conjunto de minorías nacionales. A despecho de los partidos conservadores, la izquierda y las minorías nacionales eligieron a Gabriel Narutowicz presidente de la República. Gabriel Narutowicz era un destacado ingeniero, especialista en la construcción de centrales hidroeléctricas. La Democracia Nacional desencadenó una feroz campaña contra el presidente electo, quien a los pocos días cayó víctima de un atentado. El presidente de la Dieta y dirigente campesino Maciej Rataj asumió interinamente los deberes de jefe de Estado y nombró un gabinete extraparlamentario con el general Władysław Sikorski como primer ministro.

El asesinato de Narutowicz aplazó la formación de la coalición de la Democracia Nacional y del Partido Campesino Polaco “Piast”. Las primeras señales de que tal coalición estaba por crearse aparecieron directamente después de las elecciones y se hicieron realidad en mayo de 1923. El nuevo gabinete fue encabezado por segunda vez por Wincenty Witos. Era la época de hiperinflación que desorganizaba seriamente la vida económica del país. Los conservadores no aceptaron ninguna carga financiera para los sectores poseedores y no fue posible frenar la continua baja del valor de la moneda y de los salarios. El país era sacudido por huelgas masivas, que en un solo año abarcaron a 848 mil obreros. Crecía la tensión entre la izquierda parlamentaria y el gobierno. Al propio tiempo, el gabinete fue atacado con dureza por el mariscal Piłsudski, quien al enterarse del nombramiento del mismo, había renunciado a todas sus funciones. En noviembre de 1923 se produjeron graves acontecimientos en Cracovia. Una manifestación obrera prohibida por las autoridades locales (que declararon el estado de emergencia) culminó en luchas callejeras. Perecieron en ellas varias decenas de personas. El gobierno presentó la dimisión. El presidente Stanisław Wojciechowski designó a un gabinete extraparlamentario presidido por el destacado economista Władysław Grabski, quien emprendió una inmediata reforma de las finanzas del Estado. En la primavera de 1924 Grabski logró realizar su programa. El marco polaco fue sustituido por el złoty al cambio de un złoty por 1,8 millones de marcos polacos. Era una moneda fuerte y de curso elevado (5,18 por dólar).

La reforma monetaria fue un señalado éxito de Grabski, tanto más cuanto que fue llevada a cabo con medios propios. Sólo más tarde se consiguió créditos extranjeros, aunque en condiciones poco favorables. No obstante ello, a principios de 1925 la situación económica del país volvió a declinar. Disminuyeron las exportaciones y la producción. Creció el desempleo. La violenta ruptura de las relaciones comerciales polaco-alemanas (la “guerra de aduanas”) tuvo repercusiones desfavorables. Alemania, que era hasta entonces el principal comprador y proveedor de Polonia, intentó dominarla económicamente pero, si bien logró acarrearle serias dificultades, no consiguió realizar sus planes.

La guerra de aduanas fue una señal del fortalecimiento de la posición internacional de Alemania, lo cual se vio formalizado en los tratados de Locarno de octubre de 1925 y colocó a Polonia en una situación desfavorable. La seguridad del país se basaba entonces principalmente en el acuerdo polaco-francés de 1921. Francia se mostró ahora deseosa de reducir sus compromisos y mantuvo esta política durante los diez años que siguieron. En el curso de la Conferencia de Locarno hubo algunos pasajeros intentos de acercamiento con Checoslovaquia y la Unión Soviética, pero no dieron resultados concretos. La desfavorable situación internacional, las dificultades económicas y la ausencia de una mayoría parlamentaria capaz de formar gobierno, aceleraron los planes del mariscal Piłsudski de tomar nuevamente el poder. Contaba con el apoyo de una parte del ejército y de la izquierda parlamentaria, que veía en él al único contrapeso para la Democracia Nacional, a la cual se sospechaba de preparar un golpe de estado.

Fuente: “Panorama histórico de Polonia”,

Biblioteca polaca Ignacy Domeyko

Transcripción: Honorio Szelagowski,

Director de Prensa CiPol