01/11/2022

Los colores nacionales

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El segundo – en orden cronológico – símbolo del estado polaco son los colores: blanco y rojo. En la bandera nacional, compuesta de dos franjas horizontales de un mismo ancho, el blanco aparece arriba, y el rojo abajo. La génesis de ese símbolo se remonta a los orígenes del águila de los Piast. Según las reglas de la heráldica, los colores blanco y rojo son los correspondientes del águila blanca sobre el campo rojo, constituyendo así la síntesis colorística del emblema. De igual modo sintetizan su emblema las banderas de otros estados y algunas banderas municipales.

Pese a que el blanco y el rojo fueron desde un principio los colores del emblema, tuvo que pasar mucho tiempo antes de que aparecieran en la bandera nacional. Los términos bandera y colores nacionales surgieron en el período de formación de los estados modernos en los siglos XVIII y XIX. De la misma época provienen también los colores nacionales polacos. Antes los encontramos en las banderas reales y los estandartes militares. Sin embargo, el blanco y el rojo no fueron considerador entonces como colores nacionales sensu stricto. La bandera nacional de aquella época llevaba al águila blanca o al águila y Pogoń sobre el fondo rojo.

En la primera mitad del siglo XVIII, siguiendo el ejemplo de otros países, fueron introducidas en el ejército polaco escarapelas blancas sobre las gorras, como el distintivo de los soldados. El color blanco de esas escarapelas fue el primer color – símbolo de Polonia, el símbolo del soldado de la República. Sin embargo, el blanco fue identificado con los colores del rey. Fue usado por monarcas extranjeros, por ejemplo, en Francia, donde iba a ser reemplazado por la bandera tricolor de la Revolución Francesa. Desde finales del siglo XVIII, los movimientos sociales radicales de Europa usaron la escarapela tricolor como emblema de la revolución universal. En Polonia fue usada por los jacobinos radicales durante la Insurrección de Kościuszko de 1794.

Las Legiones Polacas, formadas por el general Jan Henryk Dąbrowski en Italia en el período posterior a los repartos, conservaron los colores del uniforme polaco, pero usaron escarapelas francesas porque “simbolizaban a la nación que protegía a los hombres libres” y hombreras de los colores de la República Cisalpina (verde – blanco – rojo). Igualmente los soldados polacos que lucharon bajo el mando de Napoleón solían usar escarapelas tricolores de los franceses. Sin embargo, la escarapela blanca de las tropas polacas, usada por el ejército del Ducado de Varsovia y del Reino de Polonia, resultó ser la más durable.

Solo la insurrección de 1830 – 1831 aportó cambios fundamentales. En señal de solidaridad con el ejército que se lanzó primero a las armas, la población civil comenzó a usar escarapelas blancas. Al mismo tiempo, los soldados del ala radical de la insurrección ostentaban escarapelas tricolores de la revolución. También aparecieron escarapelas blanquirrojas que provenían de los colores del emblema nacional. La gran cantidad de signos de este tipo que se hallaban en uso hizo que se reuniera la Dieta para estudiar el asunto de la escarapela. El 7 de febrero de 1831 fue aprobada una resolución que disponía que la escarapela nacional es de color blanco y rojo. Esa resolución tuvo enorme importancia. Fue la primera ley, dictada por la representación máxima de la nación, que resolvía el asunto de los colores polacos de pleno acuerdo con la tradición y las reglas de la heráldica. Desde entonces, el blanco y el rojo son, formalmente, los colores nacionales.

Derrotada la insurrección, el uso de las escarapelas blanquirrojas, igual que de otros símbolos, fue prohibido por las autoridades zaristas. Los colores blanco y rojo denunciaban la presencia de los polacos en todos los sitios donde se combatía “por vuestra libertad y la nuestra”, en Hungría e Italia, en las barricadas de París, Viena y Berlín. En tierras polacas fueron usados por los combatientes de todos los movimientos libertadores e insurrecciones. Aparecieron en las banderas polacas en el exilio y en el país, si bien su forma y su composición eran distintas. En aquel entonces se generalizó el uso del color del amaranto como matiz del rojo. El amaranto, impropio desde el punto de vista de la heráldica pero muy popular en el siglo pasado, cayó más tarde en desuso.

En los años de la primera guerra mundial, cuando renació la esperanza de la independencia, los sentimientos patrióticos y nacionales de la sociedad polaca se manifestaban en los símbolos: banderas y estandartes de lanco y rojo. Aún durante la ocupación alemana de Varsovia, el 3 de mayo de 1916, en el 125 aniversario de la Constitución, se organizó una grandiosa manifestación cuyos participantes llevaban emblemas y banderas polacos. El 11 de noviembre de 1918, un estudiante de la Universidad de Varsovia colgó la bandera blanquirroja, anuncia de la independencia, en el Palacio del Gobernador que era sede de las autoridades opresoras. La Polonia libre surgía al flamear de las banderas de blanco y rojo.

En 1919, la Dieta de Polonia aprobó el modela de la bandera nacional que sigue vigente hasta hoy.

Del gran valor moral de los colores nacionales habla la historia de la segunda guerra mundial.

En los momentos más duros de yugo fascista los colores blanco y rojo constituían el distintivo de los soldados de la resistencia.

No obstante ser castigado su uso con la pena máxima, aparecían en las calles de Varsovia en los días de las fiestas nacionales, confortaban los corazones, despertaban esperanza y daban ánimo; constituían un desafío al enemigo. Los guerrilleros y soldados del ejército clandestino que con frecuencia no tenían uniforme o vestían uniforme enemigo, llevaban brazales blanquirrojos. En los días de la Insurrección de Varsovia de 1944, las banderas nacionales señalaban las regiones ocupadas por los insurrectos, enclaves de la momentánea libertad conquistada a sangre y fuego. Con las banderas blanquirrojas los soldados polacos de todos los frentes de la guerra jalonaron su glorioso camino de la victoria. El 2 de mayo de 1945, la bandera de blanco y rojo ondeó sobre la Columna de la Victoria de Berlín.

Fuente: “Panorama Histórico de Polonia”,

Biblioteka Polska Im. Ignacego Domeyki

Transcripción: Honorio Szelagowski

Director de Prensa CiPol

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