25/01/2023

La sociedad y la cultura en la Edad Media

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La sociedad de fines del período medieval era una sociedad de estados, siendo entre ellos el más privilegiado el de los caballeros e hidalgos. En Polonia, igual que en Hungría, la nobleza constituía una clase muy numerosa y muy diferenciada. Había regiones habitadas por pequeños hidalgos campesinos, sobre todo en Mazovia y las regiones de Poznan y Cracovia, así como en torno a las antiguas residencias ducales. A la hidalguía le seguía el estado burgués que, a diferencia de aquélla, no poseía privilegios generales de clase. Debido a ello, era muy diferente la situación de la burguesía de las ciudades reales y de las pequeñas ciudades que formaban parte de los dominios de los grandes señores.

Un estado social privado de derechos públicos y privilegios era el de los campesinos. Sin embargo, en tiempos de prosperidad económica éstos adquirían un considerable bienestar y se estrechaban mucho sus vínculos con las ciudades, principal mercado de venta de la producción rural. Gracias a ello, el campo aprovechaba en mayor grado de la producción artesanal de las ciudades.

Muchos campesinos se trasladaban a las ciudades, donde también buscaban mejorar su situación los hidalgos venidos a menos. Simultáneamente, los patricios burgueses de las ciudades más grandes, sobre todo Cracovia y Lwów, se iban vinculando con los hidalgos más pudientes y los grandes señores. Los burgueses solían también trasladarse al campo, donde adquirían tierras y, en algunos casos podían incluso acceder al estado hidalgo.

Un rasgo particular del estamento hidalgo de la Baja Edad Media era la gran significación que se atribuía al origen de la familia, que encontraba su máxima expresión en las armas de la misma. El mismo origen de un grupo, fuera real o legendario, establecía fuertes vínculos familiares muy respetados por todos. Este orgullo del origen era visible en todas las capas de la hidalguía y de la clase señorial. También se formaban grandes familias entre los hidalgos menores, que tomaban sus armas del escudo de la tierra que habitaban y que tomaban como bandera en las guerras.

En el siglo XV se nota una creciente influencia de la aristocracia. La rivalidad entre la aristocracia y la hidalguía fue uno de los fenómenos más visibles de la vida política. Los monarcas, amenazados por el creciente poder de la aristocracia, particularmente la de la Polonia Menor, cuidaban mucho de que los grandes señores no llegaran a constituir un estado social aparte, como había ocurrido en Bohemia y Hungría. El éxito de los reyes fue sólo parcial. Los aristócratas permanecieron formalmente dentro del estado hidalgo, pero ocuparon la casi totalidad del consejo del reino, el cual se convertiría posteriormente en senado. Los aristócratas que ocupaban cargos de designación real entraban también en la asamblea, que en la segunda mitad del siglo XV dio origen a la Dieta.

En la vida cultural polaca de la Edad Media fue visible ya la participación de los burgueses y de muchas personas de origen plebeyo, ya que las actividades intelectuales no estaban reservadas al estado privilegiado. Durante la mayor parte de este período las artes y las letras eran cultivadas por el clero y las personas a él vinculadas. No existía aún un límite tan marcado entre el arte y la artesanía, ambas actividades manuales que el estado hidalgo consideraba indignas de sí.

Los primeros letrados de origen polaco aparecen en el siglo XIII y trabajan en otros países. Sólo la fundación de la Universidad de Cracovia sentó las bases para el desarrollo de la vida científica en Polonia. Los medios universitarios de Cracovia del siglo XV participaban activamente en el movimiento intelectual europeo de su tiempo y se distinguieron en el derecho internacional, la filosofía y la astronomía. Stanisław de Skalbmierz (1431) defendió la tesis de que el derecho natural es igual para todos. Paweł Włodokowic (1415) condenó las guerras en las relaciones internacionales y se opuso a la conversión de los paganos por la fuerza. Jan Ostroróg (1436 – 1501), miembro de influyente familia aristocrática, formuló todo un programa de reforma del estado en el que proclamaba la idea de la soberanía estatal y la independencia con respecto al Sacro Imperio. De esta manera, los problemas políticos del momento encontraban su generalización en el trabajo teórico. Eso puede ser tomado como prueba de que a fines de la Edad Media Polonia había dejado de ser un país periférico y se había sumado a las corrientes humanistas europeas.

Antes del siglo XIII fue suprimida la pena de esclavitud con que se solía castigar al acusado y a toda su familia. En la legislación del siglo XIII aparecen los primeros postulados de proteger legalmente a los indigentes, en la recopilación del derecho consuetudinario polaco del siglo XIII aparece un párrafo que prohíbe confiscar el bártulo del pobre. Del cuidado de los pobres se encargaban en esta época las instituciones eclesiásticas y urbanas. Las ciudades atraían a muchos vagabundos y enfermos que acudían a ellas en busca de protección. Se comenzó también a restringir las penas corporales, prohibiéndose algunas singularmente crueles como quemar los ojos o arrancar la lengua.

Con todo, el mundo de entonces conocía muchas desigualdades sociales que conducían a tumultos de los pobres de las ciudades contra los patricios y a rebeliones de los campesinos.

Un rasgo muy característico de la Baja Edad Media e s la gran movilidad de la gente. Los caballeros polacos ofrecían con frecuencia sus servicios a señores extranjeros. Los artesanos deambulaban de ciudad en ciudad en busca de trabajo y pan, así como los estudiantes en busca de maestros. Los políticos laicos y eclesiásticos desarrollan grandes campañas diplomáticas y los campesinos cruzan las fronteras del país y colonizan las selvas de las regiones bálticas. Se inicia la migración a los terrenos despoblados de Lituania y Rutenia.

En la imagen general de la civilización polaca de la Baja Edad Media el elemento más visible es el estilo gótico, similar en sus formas al gótico de otros países. El estilo gótico aparece primero en las ciudades y en las cortes. En el siglo XV se construyen ya en el campo iglesias de ladrillo, casas burguesas y residencias rurales, casi todas provistas de fortificaciones. A finales del Medioevo llega también a la perfección la construcción de madera. Muchas iglesias de madera imitan todos los elementos característicos de las construcciones góticas, particularmente el arco ojival.

En las grandes ciudades van ganando en número los albañiles, carpinteros, pintores y escultores. La ciudad más importante es, sin duda, Cracovia, cuya influencia se extiende a todo el sur de Polonia y al norte del estado húngaro (la actual Eslovaquia). El representante más destacado de las artes es en este período el escultor Wit Stwosz, original de Nurnberg, que vivió en Cracovia en la segunda mitad del s. XV y dejó allí sus obras más importantes, ente ellas el grandioso tar de la iglesia de Nuestra Señora de Cracovia.

La escultura de entonces, sobre todo la tallada en madera, seguía dos orientaciones, una que buscaba la belleza y otra que perseguía la representación mística. La primera se distingue por la maestría en la reproducción del cuerpo, particularmente del rostro y las manos. La segunda, en su búsqueda de medios de expresión, recurre a deformaciones que han de expresar éxtasis y dolor. Posteriormente esta deformación quedó sujeta a los cánones del gótico tardío y derivó en el arte manierista, dentro del cual surgieron también obras admirables.

Era el de entonces un mundo sumamente colorido, ricas policromías y esculturas adornaban los interiores de los templos, los palacios reales y las residencias de los aristócratas y de los patricios más adinerados. Para la decoración se aprovechaban también las telas costosas y las vidrieras polícromas, que proporcionaban efectos luminosos muy preciados a lo largo de toda la Edad Media. Se concedía también mucha importancia al colorido y el lujo de la vestimenta, en la que se manifestaba la riqueza y la posición social. Esto explica los intentos de la nobleza de prohibir a los burgueses ricos los atavíos opulentos y de imponer un atuendo modesto también al clero menor, que sólo podía usar ornatos costosos durante las ceremonias religiosas.

Desde el avasallamiento de Rutenia por Casimiro el Grande Polonia adquirió un contacto más estrecho con el mundo oriental, a lo cual contribuía el comercio desarrollado por los armenios residentes en Lwów y las frecuentes guerras con los tártaros. La influencia oriental era visible ya a fines de la Edad Media en el atuendo de los nobles polacos. La conquista de Rutenia y la unión con Lituania estrecharon los vínculos con la cultura bizantina, cuya influencia llegaban también a Polonia por medio de Hungría, Maldavia y Valaquia. En el s. XV había frescos de marcada influencia bizantina en muchas iglesias de Polonia, incluidas las catedrales de Gniezno y Wawel, la Abadía de la Santa Cruz y la colegiata de Sandomierz. El gran impulso que obtuvieron las artes en la Baja Edad Media dejó una fuerte impronta en el posterior desarrollo cultural de Polonia.

Fuente: “Panorama histórico de Polonia”,

Biblioteka Im. Ignacego Domeyki

Transcripción: Honorio Szelagowski

Director de Prensa CiPol