08/08/2022

Inmigración agrícola polaca

Acontecimientos Históricos

LOS PRIMEROS COLONOS

En los primeros días del mes de junio de 1897 arribaron al puerto de Buenos Aires los primeros colonos polacos propiamente dichos. Eran ellos agricultores que liquidaron por completo sus establecimientos en Polonia, para buscar en América nuevos horizontes para sus aptitudes.

Procedían de Galitzia Oriental -parte de Polonia bajo el dominio de Austria- y se reclutaban en especial de los distritos de Obertyń, Horodenka, Tłumacz, Buczacz, Zaleszczyki, Tarnopol, Husiatyń, etc.

No era propósito de ellos trasladarse a la República Argentina, y tan sólo el azar los trajo a estas tierras, donde con el tiempo encontraron su bienestar. Los agentes de las compañías marítimas les habían prometido enviarlos a los Estados Unidos de América del Norte, donde algunos de ellos tenían sus conocidos o familiares. Pero en las últimas revisaciones médicas se ha comprobado la existencia de algunos males y, además, de que algunos de los interesados no reunían las condiciones exigidas por la Dirección de Inmigración de la América del Norte.

Unos de los empleados de la compañía naviera en el puerto de Hamburgo -ciudadano polaco que más tarde también llegara a estas playas- les sugirió la idea de dirigirse a la República Argentina, país que, según el informante, necesitaba brazos fuertes para labrar la tierra.

El consejo fue escuchado y es así como todos los antiguos vecinos entregados al azar en el puerto alemán -lejos de lugares familiares- decidieron aceptar los consejos del compatriota y arrostrar juntos las luchas por la vida en un país donde no tenían ni amigos, ni conocidos y cuyo idioma y costumbres ignoraban por completo.

Al llegar a Buenos Aires, la Dirección de Inmigración se vio en dificultades para ubicarlos. Todos ellos disponían del capital suficiente como para adquirir tierra y útiles de labranza. Pero la Dirección careció de empleados que los entendiesen y es cuando la feliz y oportuna intervención de don Miguel Szelągowski ha hecho que estos hombres -la primera avanzada, cual heraldos de otros grupos más numerosos que los siguieron, se quedaran en la República Argentina- en el territorio nacional de Misiones, en Apóstoles, San Pedro y San Pablo, donde siglos antes ha existido un fuerte reducto jesuita, cuyas ruinas se conservaron hasta nuestros días.

No fue una entrada triunfal en una tierra de promisión que rebosara de paz y felicidad la de las catorce familias polacas que llegaron a Misiones en el memorable, para la colonización polaca, día del 27 de agosto de 1897. Era el comienzo de penurias y sacrificios y para no pocos una época de heroicas abnegaciones. Las peripecias de la aclimatación, las dolorosas experiencias ocurridas a raíz de los deficientes conocimientos de la agricultura subtropical de Misiones, el aprendizaje del idioma, de las costumbres y de todo lo relacionado con la nueva vida, demuestra al crítico más severo, que la labor realizada ha sido grande, que donde en otros tiempos el viajero se perdía en el solitario desierto, refugio de malhechores que allí buscaban impunidad, blancas casitas, escuelas, capillas, señalan el triunfo de la civilización, y las plantaciones y establecimientos fabriles subrayan la cultura de las regiones”.

Fuente: “Los polacos en la República Argentina y América del Sur. Desde el año 1812”, de

Estanislao P. Pyzik

Transcripción: Honorio Szelagowski

Director de Prensa CiPol