29/10/2022

El emblema nacional

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El símbolo nacional más antiguo de Polonia, igual que de todos los pueblos de Europa, es el emblema o, en otras palabras, las armas. Es la imagen de una águila blanca sobre un campo rojo. Los orígenes de este signo se remontan a los tiempos de los Piast, época en que se fue formando el estado polaco. Los historiadores no han podido explicar a ciencia cierta el porqué de la opción de tal emblema. La opinión predominante es que la imagen del águila, que figura desde principios del siglo XIII sobre los sellos de los príncipes de la casa de los Piast, fue su blasón privado, escogido independientemente, si bien dentro de la tradición heráldica establecida antes en el oeste de Europa.

Según la doctrina político-legal del Medioevo, el soberano simbolizaba al estado. Por lo mismo, el blasón privado del monarca era el símbolo de las tierras y de los súbditos que gobernaba. Los intentos de unificación de tierras polacas emprendidos, a fines del siglo XIII, por el duque de la Gran Polonia, Przemysł II, de la casa Piast, determinaron que su blasón privado – el águila blanca – fuese elevado al rango del símbolo de la unidad del estado, al rango de emblema del Reino de Polonia. En este sentido, a imagen del águila blanca adornada con la corona como símbolo de la dignidad real figuró en los sellos de los reyes, unificadores de Polonia: del mentado Przemysł II y, más tarde, de Ladislao Łokietek y de Casimiro el Grande. El papel de ese símbolo fue consolidándose merced al sentido cada vez más fuerte de la conciencia nacional. De la gran fuerza moral que emanaba del emblema del reino habla la descripción de un combate en defensa de la gran bandera con el águila durante la batalla de Grunwald de 1410 que encontramos en las crónicas de Jan Długosz.

La imagen del águila como símbolo estatal de Polonia recibió su forma definitiva a mediados del siglo XIV. El águila de entonces, con su silueta nítidamente delineada, su cabeza coronada echada para atrás en gesto de orgullo, pico agudo y las alas desplegadas cruzadas por una banda, deja una gran impresión. Emana de ella el poderío y la majestad. Más tarde, el águila polaca cambió varias veces de forma, según los gustos de las sucesivas épocas. La imagen gótica del emblema de los Piast y de los primeros Jaguelones cedió a la silueta renacentista de las águilas de Segismundo I y Segismundo Augusto. En el siglo XVIII, el águila recibió formas clásicas, sin cambiar su imagen durante muchísimo tiempo. No obstante la cambiante forma, el sentido de ese símbolo fue siempre el mismo.

Durante el reinado de la dinastía Jaguelónica y en épocas posteriores, el águila polaca aparecía unida en un mismo escudo al emblema de Lituania – Pogoń – simbolizando la unión entre las dos naciones. La imagen del águila, aparte de ser el emblema estatal oficial, aparecía también, junto con el monograma o el blasón del rey, sobre las monedas, los sellos oficiales, los estandartes militares, etc.

El águila de plumaje blanco y con corona se grabó en la conciencia de la nación como signo propio de los polacos, símbolo del estado y de la continuidad de su existencia política independiente. Por ello, cuando Polonia perdió su independencia a raíz de los repartos, las potencias opresoras prohibieron el uso del emblema. Lo reemplazaron signos ideados, artificialmente; primero, el emblema del Ducado de Varsovia, creado por Napoleón (las armas de la dinastía sajona unidas al águila polaca), y más tarde, el emblema del Reino de Polonia: el águila negra bicéfala de Rusia con el águila polaca sobre el pecho. Derrotada la Insurrección de Enero, hasta ese sucedáneo del antiguo emblema de Polonia fue eliminado; el águila blanca se encontró sobre las alas del águila de los zares, al lado de las armas de otras provincias de Rusia. También en las tierras polacas anexadas por Prusia y Austria fue prohibido el uso del águila blanca, introduciéndose en su lugar las armas de las dos monarquías.

Los repartos y la pérdida de la independencia, que fueron una tragedia en la vida de la nación, influyeron en tanto que factores animadores y aceleradores en el desarrollo del pensamiento patriótico polaco. El águila blanca, emblema oficialmente prohibido, devino el símbolo de los sentimientos patrióticos más ardorosos, el testimonio del antiguo esplendor del estado polaco y la encarnación de los sueños con la libertad.

La imagen del águila acompañó a todos los arrebatos patrióticos y los movimientos libertadores de los polacos que no faltaron en el siglo XIX. Durante la Insurrección de Noviembre de 1830-1831 se rechazó espontáneamente el emblema del Reino de Polonia, restituyendo al Águila y Pogoń. Pogoń, símbolo de Lituania, iba a significar el renacimiento del estado polaco dentro de sus antiguas fronteras. Intenciones similares movieron al gobierno insurrecto de 1863 a colocar en sus sellos al Águila y Pogoń, así como la imagen del Arcángel, símbolo de las tierras rusas.

Los movimientos de liberación del siglo XIX, junto con el lema de la independencia, plantearon también programas de reformas sociales y libertades democráticas. En tales circunstancias tuvieron que resolver el dilema: ¿debe o no llevar corona el emblema de los que luchan por la libertad y la democracia?

La corona sobre la cabeza del águila traía asociaciones con el régimen monárquico del estado polaco, mientras que el ala revolucionaria y democrática de los movimientos libertadores demandaba la creación de un estado basado en la igualdad social. Una manifestación exterior de esa idea, aparte de unos intentos muy radicales de cambiar el emblema, fue el rechazo de la corona.

El águila sin corona flameó en la bandera de la Sociedad Democrática Polaca formada en 1832 en el exilio. Cuando la Primavera de los Pueblos, apareció sobre los estandartes de las tropas polacas que luchaban en defensa de la revolución húngara. Fue el emblema de la Legión organizada por Adam Mickiewicz en Italia. En tierras polacas, el águila sin corona acompaño a la Insurrección de Cracovia de 1846, adornando también las banderas de algunos destacamentos insurrectos de 1863 y 1864.

Durante la Primera Guerra Mundial, ciertas unidades militares polacas, creadas en varios países europeos y en Estados Unidos, hicieron suyo el emblema del águila sin corona. También los destacamentos formados en tierras polacas usaron al principio la misma imagen.

El estado polaco, renacido en 1918, hizo su emblema el águila con corona, pese a los intentos del gobierno socialista de corta duración, dirigido por Jędrzej Moraczewski, de usar el águila sin corona.

En 1919 fue aprobado oficialmente el emblema nacional: el águila blanca con corona de oro, pico y garra también de oro, sobre el campo rojo. En 1927 se introdujo un nuevo diseño del emblema, según el proyecto del Prof. Zygmunt Kamiński; se trataba de la misma águila blanca, pero estilizada de distinta manera, sobre el campo rojo.

El emblema y otros símbolos nacionales polacos fueron pisoteados brutalmente por el invasor hitleriano. Los levantó el pueblo polaco como símbolos de la resistencia. El águila, prohibida durante la ocupación, devino el signo manifiesto de la Polonia combatiente: del frente clandestino organizado en el país y del ejército polaco formado en el extranjero. En la corriente izquierdista de los combatientes por la libertad resucitaron entonces las tradiciones del águila sin corona. Esta fue el emblema de los destacamentos de la Guardia Popular y del Ejército Popular y de las formaciones militares polacas creadas en el territorio de la Unión Soviética.

La República Popular de Polonia reconoció como su emblema el águila sin corona. El sentido del cambio operado lo explicó muy acertadamente el poeta Konstanty Ildefons Gałczyński que dedicó un verso “al águila que se quitó la corona para depositarla a los pies del pueblo”.

El decreto del 7 de diciembre de 1955 sobre el emblema y los colores nacionales de la República Popular de Polonia confirmó la silueta del águila según el proyecto de 1927 (eliminando la corona). La ley del emblema, los colores y el himno de Polonia del 31 de enero de 1980, repite las mismas disposiciones.

Fuente: “Panorama histórico de Polonia”,

Biblioteka Polska Im. Ignacego Domeyki