08/12/2023

Cambios estructurales. Política exterior de la Polonia Popular

Artículos

El año 1956 abrió una nueva etapa en la vida política del país. En febrero de dicho año se reunió el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética que tuvo gran importancia para el movimiento obrero internacional por haber revelado las consecuencias del “culto a la personalidad”, abriendo así la posibilidad de una nueva evaluación de los métodos de la construcción del socialismo en Polonia y en otros países de democracia popular. Ese mismo rumbo lo tomó la presión de la sociedad desilusionada por crecientes dificultades, la reducción de los salarios reales, el insuficiente aumento del nivel de vida, la invasión de la burocracia en los órganos del poder, la violación de la legalidad (por ejemplo, respecto a los antiguos miembros del AK y a la iglesia). Las medidas que fue tomando el POUP desde 1954 a fin de democratizar la vida y mejorar la situación económica de la sociedad resultaron insuficientes, tanto más que, junto con la industrialización y los progresos de la educación y de la cultura, fue aumentando en número la clase obrera, elevándose también el nivel de cultura política de la sociedad. Esta quería participar más activamente en el gobierno y en la programación de las reformas sociales. Ello significaba que la correlación entre la economía, la estructura social y los procesos que se operaban en la conciencia de la sociedad se había complicado mucho. Una manifestación drástica de las contradicciones y dificultades fue la huelga obrera en los Establecimientos Mecánicos “Cegielski” (que llevaban entonces el nombre de Józef Stalin) de Poznań que estalló a raíz de las deformaciones burocráticas y de la demora en la realización de las reivindicaciones obreras. La huelga tuvo carácter económico y político. A los huelguistas se sumaron muchos habitantes de Poznań. Un intento de sofocar la huelga por la fuerza dio lugar a choques callejeros con fuerzas de seguridad, en los que hubo muchas víctimas.

En esta situación se dieron pasos hacia el restablecimiento de la legalidad socialista, en el cual desempeñó un papel muy importante el VIII Pleno del Comité Central del POUP que se reunió en Varsovia, en un ambiente de tensión, en los días 19-21 de octubre de 1956. Subrayando su deseo invariable de basarse en el marxismo-leninismo, el Pleno anunció, entre otros, la profundización de la democracia y la aspiración a elevar el nivel de vida. Se abandonó por completo la tesis de desviación derechista y nacionalista. Władysław Gomułka fue elegido Primer Secretario del Comité Central del POUP.

“El octubre polaco” creó un nuevo clima político en el país, revelando -igual que en los años inmediatamente después de la guerra- el entusiasmo de las masas.

La cooperación entre los partidos fue basada en la igualdad de derechos, reconociéndose el papel dirigente del POUP. En el seno del PCU y del PD hubo también conflictos internos.

En lugar de la Unión de la Juventud Polaca, que había vivido una crisis y fue disuelta en enero de 1957, se crearon dos organizaciones juveniles: la Unión de la Juventud Socialista y la Unión de la Juventud Campesina como continuadoras de las tradiciones radicales del movimiento juvenil. En diciembre de 1956, el movimiento socio-político -Frente Nacional- se transformó en Frente de Unidad Nacional. En enero de 1957 tuvieron lugar elecciones a la Dieta en las cuales tomó parte el 94,19 por ciento de las personas con derecho a votar. Los candidatos del Frente de Unidad Nacional obtuvieron el 94 por ciento de los votos. Se fortaleció la posición de Polonia en el foro internacional, y los cambios de la política económica repercutieron en la mejora del nivel de vida. Los salarios reales en 1959 fueron superiores en un tercio en comparación con 1955. Se animó la vida cultural, aumentó la conciencia política de la sociedad, que vigilaba para no permitir la reaparición de tendencias sectarias que limitarían su actividad. Las masas populares hicieron suyo el programa de transformación del país. Los sucesivos planes quinquenales (1956-1960, 1961-1965 y 1966-1970) significaron un progreso económico del país. Seguía reduciéndose la distancia entre Polonia y los países altamente desarrollados.

Y de nuevo resultó que no era fácil evitar la contradicción entre el cumplimiento de las tareas del plan y la satisfacción de las necesidades inmediatas de la población, o sea, entre las necesidades futuras y las actuales; en otras palabras, guardar la debida proporción entre el fondo de acumulación y el fondo de consumo. El desarrollo de la agricultura resultó insuficiente y la política del Estado frente al campo poco elástica. La concentración de los esfuerzos en el cumplimiento de difíciles tareas favoreció las tendencias centralistas, frenando los procesos de democratización. La demanda de viviendas crecía a un ritmo muy rápido, mientras que las dificultades que aparecían se trataba de superarlas manteniendo los ingresos de la población a un mismo nivel. Las decisiones más importantes fueron tomadas por un reducido grupo de dirigentes allegados a Władysław Gomułka, lo cual provocaba descontento en las filas del partido. El alza de precios de artículos alimenticios (sobre todo de carne y derivados), anunciada poco antes de la Navidad de 1970, originó huelgas y protestas obreras, sobre todo en la Costa. Estas dieron la señal para modificar esencialmente la política del partido, teniendo en consideración las crecientes aspiraciones de una sociedad moderna. Los síntomas del descontento se habían manifestado ya antes, sobre todo en la primavera de 1968, con las protestas estudiantiles. Sólo el VII Pleno del CC del POUP rompió el círculo vicioso, eliminando de la dirección del partido a personas responsables de la política económica y social errónea y de la decisión de usar la fuerza contra los obreros. Para Primer Secretario del CC del POUP fue designado Edward Gierek, para Primer Ministro Piotr Jaroszewicz y para Presidente del Consejo de Estado Józef Cyrankiewicz, sucedido más tarde por el Prof. Henryk Jabłoński.

Władysław Gomułka / año 1956 (66. Czy można oceniać Władysława Gomułkę pozytywnie jako bohatera narodowego 1956 r.? – Polityka.pl)

Comenzó una fase de dinámico desarrollo económico que, a causa de una excesiva centralización y una política errónea en materia de inversiones, desembocó en crisis. Antes de que esto sucediera, mejoró considerablemente el nivel de vida de la población como consecuencia del aumento de salarios y de la nueva política de mercado (se decidió mantener invariables los precios de artículos alimenticios básicos por unos cuantos años). Empezó a desarrollarse la construcción de viviendas; en la política agraria fue puesta en práctica la concepción de una gradual transformación de la agricultura mediante el desarrollo en el sector individual de diversas formas de trabajo que lo aproximaban a la economía socialista. En la resolución del VI Congreso del POUP (diciembre de 1971) se lee: “Uno de los principios básicos del ulterior desarrollo de la democracia socialista debe s una mayor participación de los trabajadores y de sus organizaciones en el gobierno del país. Ello debe servir al interés común de la construcción socialista y a la superación de las dificultades que se presenten”. En VII Congreso del POUP (diciembre de 1975) confirmó las líneas fundamentales del anterior, planteando la consigna de la lucha por una mejor calidad del trabajo y por la mejora de las condiciones de vida de la nación. En 1976 de introdujeron enmiendas a la Constitución de Polonia.

La reforma del aparato administrativo acarreó gastos considerables. Anteriormente Polonia estaba dividida en 17 voivodías (más 5 ciudades con categoría de voivodía), 392 distritos y 2.365 comunas. La reforma elevó el rango de la comuna, suprimiendo los distritos y aumentando a 49 el número de voivodías.

El movimiento juvenil se unificó; en 1973 se creó la Federación de Uniones Socialistas de la Juventud Polaca.

Todos esos cambios fueron operándose en una situación internacional cambiante, que se caracterizaba por la desintegración gradual del sistema colonial, el aumento del papel de los países socialistas y, luego del período de la llamada Guerra Fría, la tendencia cada vez más fuerte a la coexistencia pacífica de países con distintos regímenes políticos.

El fundamento de la política exterior de Polonia era la alianza con la URSS y otros países socialistas. El Tratado de Amistad, Ayuda Mutua y Cooperación de Posguerra de 1945 fue prolongado en 1965 por 20 años más. La URSS se convirtió en el principal socio económico de Polonia. También con otros países socialistas Polonia firmó sendos acuerdos de amistad y colaboración.

Un lugar particular en la política de Polonia correspondió, por razones comprensibles, a las relaciones con los dos estados alemanes. La creación de la República Democrática Alemana en 1949 significó el reconocimiento por una parte de Alemania de las consecuencias de la guerra desencadenada por el Reich hitleriano, incluida la línea Odra-Nysa como frontera occidental de Polonia. En virtud del Acuerdo de Zgorzelec del 6 de julio de 1950, la RDA reconoció la frontera polaco-alemana a lo largo del Odra y del Nysa Lusaciano. La República Federal de Alemania, que al principio no quería reconocer esa frontera, no mantenía contactos políticos con Polonia. El revisionismo territorial y la pretensión de ser el único representante de Alemania, así como la política de fuerza mantenida por Adenauer y el partido CDU-CSU, no podían significar a juicio de la sociedad polaca sino la aspiración al cambio de la frontera occidental de Polonia, pese a que ésta había sido establecida por las potencias aliadas en la conferencia de Potsdam.

Una consecuencia de la posición de Polonia frente a los problemas originados por la Guerra Fría fue su política exterior y sus iniciativas tendientes al fortalecimiento de la paz y de la seguridad, a la distensión internacional, a la limitación y cese de la carrera de armamentos y a la edificación de un clima de entendimiento y confianza recíprocos. Una manifestación de la intensa actividad en favor de la distensión en Europa fue la decisión de Polonia de poner fin al estado de guerra con Alemania (febrero de 1955) y las sucesivas proposiciones en los años 1955-1957 de entablar relaciones diplomáticas con la RFA, así como las iniciativas de crear en Europa Central una zona desnuclearizada o de congelar los armamentos nucleares. Una síntesis de los esfuerzos de Polonia de promover la distensión europea fue la iniciativa de convocar una conferencia de seguridad y cooperación presentada el 16 de diciembre de 1964 en la XIX Asamblea General de la ONU. En ese período los contactos culturales y económicos entre Polonia y la RFA se hicieron más frecuentes, pero sólo el acuerdo entre Polonia y la RFA, firmado en Varsovia el 7 de diciembre de 1970, sobre las bases de la normalización de las relaciones mutuas, en el cual ambas partes confirmaron que la frontera establecida en la conferencia de Potsdam constituye la frontera occidental de Polonia, abrió la posibilidad de desarrollar gradualmente las relaciones. En el artículo 1 del Acuerdo, las partes confirmaron “la intangibilidad de sus fronteras en el presente y en el futuro”, declarando que “no tienen pretensiones territoriales ni presentarán tales pretensiones en el futuro”. En la historia de la Europa de posguerra, el Acuerdo Polonia-RFA constituye un importante acto internacional y un aporte al proceso de distensión en nuestro continente. Una confirmación del status quo territorial-político en Europa halló su reflejo en el Acta Final de la CSCE, en la cual 35 países de Europa y América del Norte reconocieron la inviolabilidad de las fronteras como la condición básica de la seguridad y de la paz.

Delimitaciones del río Odra con Alemania y Chequia. (Wikipedia)

Tras la ratificación del Acuerdo por el Consejo de Estado de Polonia y el Bundestag en 1972, en septiembre del mismo año, Polonia y la RFA establecieron relaciones diplomáticas. Comenzó a desarrollarse el proceso de normalización de las relaciones y de solución de muchos problemas bilaterales.

Durante el encuentro en Helsinki, después de la firma del Acta Final de la CSCE, el Primer Secretario del CC del POUP y el canciller de la RFA acordaron firmar una serie de acuerdos sobre algunas cuestiones importantes que aún no habían sido resueltas. Dichos acuerdos se firmaron más tarde en Varsovia por los ministros de Relaciones Exteriores de ambos países.

Ambas partes reiteraron su deseo de continuar el proceso de normalización en el espíritu del Acuerdo de 1970. Luego tuvo lugar el intercambio de visitas oficiales; durante la visita de Edward Gierek a la RFA en junio de 1976 se firmó una declaración común sorbe el desarrollo de las relaciones entre Polonia y la RFA. En octubre de 1977 visitó Polonia Helmut Schmidt; al final de su estadía fue firmada una declaración común en la cual ambas partes manifestaban su disposición a continuar el proceso de normalización y conducir nuevos acuerdos. De esta manera finalizó la primera fase de establecimiento de nuevas relaciones entre Polonia y la RFA.

Los años setenta en la historia de los dos países marcaron un período de dinámico desarrollo de las relaciones mutuas. Hablan de ello no sólo las frecuentes visitas de dirigentes, parlamentarios y políticos; se estableció la práctica de consultas sistemáticas a nivel de ministerio de RR.EE. dedicadas a los asuntos bilaterales e internacionales, se creó una plataforma de encuentros de dirigentes políticos y económicos, científicos y periodistas. Se entablaron contactos entre organizaciones sindicales y juveniles; cuatro ciudades de Polonia y de la RFA mantienen una estrecha colaboración. Se dio una solución al problema de la unificación de familias; entre 1976 y 1979 salieron de Polonia a la RFA alrededor de 125.000 personas.

También se desarrolló el movimiento turístico entre los dos países: en 1979 llegaron a Polonia 303.000 turistas germano occidentales y más de 130.000 polacos visitaron Alemania Federal.

En el marco de la Comisión de Manuales Escolares de la UNESCO, científicos y expertos de Polonia y de la RFA acordaron recomendaciones comunes relativas al contenido de los manuales de historia y de geografía. Estos deben servir a la educación de los jóvenes de Polonia y de la RFA en el espíritu de la paz, del respeto mutuo y de la confianza. En el convenio cultural firmado el 11 de junio de 1976, ambas partes se comprometieron a poner en práctica esas recomendaciones. El cumplimiento de ese compromiso por parte de la RFA tropieza con grandes obstáculos.

El mayor obstáculo en el desarrollo del proceso de normalización estriba en el hecho de que las consecuencias legales del Acuerdo de 1970 (calificado de “modus vivendi” o solución provisional) y el reconocimiento de la línea Odra-Nysa como intangible, no hayan encontrado su reflejo en las leyes y en la práctica jurídica de la RFA. Se sigue recurriendo a actos legales que sugieren, por ejemplo, que el Reich Alemán continúa existiendo desde el punto de vista formal y legal dentro de los límites de 1937. Tampoco la práctica de conferir el carácter de “expulsados” a las personas que abandonan Polonia para establecerse en la RFA favorece el clima de confianza en las relaciones entre los dos estados. Un serio obstáculo es, igualmente, la actividad revisionista de las organizaciones alemanas desplazados de tierras polacas después de la guerra. Esas organizaciones, subvencionadas, entre otros, por el gobierno de la RFA, no reconocen el Acuerdo de 1970 como base para la normalización de las relaciones entre la RFA y Polonia.

Fuente: Panorama Histórico de Polonia

Biblioteca Polaca Ignacy Domeyko

Transcripción: Honorio Szelagowski

Círculo Cultural Polonés