21/05/2023

La sociedad polaca durante la revolución de 1905-1907

Artículos

La guerra ruso-japonesa y el estallido de la revolución de 1905-1907 tuvieron una vasta resonancia en las tierras polacas. El Reino de Polonia fue escenario de inmensas manifestaciones y huelgas. En junio de 1905 hubo en la ciudad de Łódź un intento de sublevación armada de los obreros contra el zarismo. Los partidos obreros semilegales vieron multiplicarse el número de adherentes. Cada uno de ellos contaba en esa época con decenas de miles de miembros. Fueron creados los sindicatos de masas. Toda una serie de actividades fueron promovidas por los intelectuales polacos que se ocupaban de organizar instituciones sociales y educativas. Se desarrolla la prensa y las editoriales. Extraordinaria importancia tuvo también la activación política del campo polaco. La campaña en favor del uso del idioma polaco en la administración local y en los municipios fue una elocuente prueba del patriotismo de los campesinos. El boicot general de las escuelas rusas en todo el Reino se tornó en una potente manifestación nacional. Las autoridades zaristas se vieron obligadas a hacer ciertas concesiones y, así, el Reino obtuvo el derecho de enviar a sus representantes al parlamento ruso; fue atenuada la opresión administrativa, ampliados los derechos de idioma y se abrieron las perspectivas para algunas actividades oficiales en el plano cultural.

Los tiempos de la revolución se caracterizaron no sólo por la activación de las más amplias capas de la sociedad sino, además, por un evidente proceso de polarización social. Las acciones huelguísticas conllevaron conflictos a una escala antes desconocida entre el proletariado y la burguesía y los terratenientes. Estos últimos recurrieron más de una vez a la ayuda de la administración y del ejército. La Democracia Nacional, que en aquel período se elevó al rango de la principal representación política de las clases poseedoras, se lanzó a la lucha contra el movimiento socialista. La línea divisoria que se perfiló entonces entre la Democracia Nacional y las agrupaciones de izquierda se mantendría durante cuatro decenios.

Durante la revolución empezó a vislumbrarse un conflicto dentro del Partido Socialista Polaco. Piłsudski y sus partidarios veían en ella el comienzo de una insurrección. La Organización de Combate, al mando suyo, llevó a cabo múltiples atentados contra los más odiados funcionarios gubernamentales, lo cual daba pie a nuevas oleadas de represiones. Muchos combatientes perecieron en la horca. Los acontecimientos revolucionarios acentuaron aún más las divergencias entre la derecha y la izquierda del PPS. Como consecuencia de las diferencias ideológicas y tácticas se produjo finalmente una escisión. Los partidarios de Piłsudski crearon el PPS Fracción Revolucionaria y los de la izquierda se agruparon en el PPS Izquierda, que en muchas cuestiones coincidía con la Socialdemocracia de Polonia y Lituania.

El período posterior a la revolución, a pesar de las tentativas del zarismo de limitar las concesiones antes hechas, permitió realizar diversas labores organizativas en la enseñanza y la cultura. Sin embargo, las represiones dirigidas contra los obreros contribuyeron a aminorar las actividades de los partidos del proletariado en el reparto ruso.

Al mismo tiempo, en el territorio de Galitzia fueron emprendidos preparativos militares de cara a un eventual enfrentamiento entre los ocupantes. En 1908 fue creada en la clandestinidad la Unión de la Lucha Activa, dirigida por Piłsudski. Esta organización fundó una asociación pública: La Unión de Francotiradores. La ULA fue respaldada políticamente por el PPS Fracción Revolucionaria y por círculos de intelectuales progresistas galitzianos. Como el movimiento militar ganaba una popularidad cada vez mayor, sobre todo entre los jóvenes, las organizaciones de preparación militar fueron formándose incluso en los medios ajenos a la idea de la lucha armada por la independencia.

La aparición de los bloques militares opuestos (en uno entró Rusia y en el otro se hallaron Prusia y Austria) dio lugar a que se formaran en la sociedad polaca dos orientaciones políticas. Una corriente, denominada posteriormente “activista”, consideraba como el objetivo más próximo la liberación del reparto ruso y una eventual unificación con Galitzia, con vistas a crear un estado autónomo dentro de la monarquía de los Habsburgo. La segunda orientación, que recibió luego el nombre de “pasivista”, anhelaba también la unificación de las tierras polacas, pero bajo el cetro del zar ruso. La fuerza principal de esta última corriente fue la Democracia Nacional.

Fuente: “Panorama histórico de Polonia”,

Biblioteca Ignacy Domeyko

Transcripción: Honorio Szelagowski,

Director de Prensa CiPol