16/10/2022

Prensa polaca

Artículos

Si bien la primera organización polaca se ha constituido en 1890, el primer periódico apareció recién en 1913, si bien los dirigentes sociales se daban cuenta exacta de la importancia que tenía una hoja periodística en el desarrollo de las actividades sociales.

Eco de Polonia, ya que así se llamaba el primer periódico que aparecía cada diez días, ha sido redactado por Vicente Paczyński, ex maestro unido al movimiento revolucionario del año 1905 en la provincia polaca ocupada por Rusia, siendo su fracaso la causa de su llegada a ésta, y administrado por Boleslao Schreiber; y si bien su vida fue más bien corta, dio principio a una actividad que ya no desaparecerá y se renovará en nuevos intentos.

Le sigue Noticias de Polonia, que aparece durante la primera guerra mundial, proporcionando a la colectividad noticias tan anheladas sobre el problema de la independencia política de la patria, cuestión que desde los primeros días del estallido bélico llenaba las columnas de los diarios del mundo. Su creación dio principio a la formación del grupo de simpatizantes de los aliados, a la formación del Comité Nacional Polaco, parte del constituido en Francia por Ignacio Paderewski y Roman Dmowski, tomando a su cargo las actividades consulares, como también el reclutamiento de voluntarios para el ejército que se formaba en Francia. Esta nueva hoja periodística aparecía cada dos semanas y eran sus redactores ‘ad honorem’ el doctor Gustavo Jasiński y Estanislao Pyzik.

Gracias a la constante prédica se organiza en Buenos Aires el primer congreso de ciudadanos polacos, representantes de diversos grupos. Se reciben adhesiones de Misiones, Rosario, Córdoba, Bahía Blanca y Berisso. Pero donde la actuación del semanario es más importante es en las colonias polacas de Misiones, donde los curas de la congregación del Verbo Divino -alemanes en su mayoría, que hablan polaco (pero mal)- utilizaban hasta la cátedra sagrada para la propaganda germanófila entre sus feligreses.

Terminada la guerra, Noticias dio por terminada su misión, dando lugar a otras publicaciones. Una de ellas era Polonia Libre, órgano oficial de la organización constituida de la fusión de tres sociedades existentes, que tomó este nombre en honor a la patria naciente. Su redactor era Estanislao Pyzik, secretario de la entidad mencionada.

Otro periódico ha sido Palabra Polaca, redactado por José Bialostocki, caballero de mucha cultura, ex administrador de las colonias polacas de Misiones. Los dos tienen poca vida, pero dan lugar a una nueva creación, que venciendo muchas dificultades financieras, sale durante cierto tiempo en forma de diario y que aún hoy sigue atendiendo los intereses de la colectividad en su carácter de órgano oficial de la Unión de los Polacos de la República Argentina, y que es Voz de Polonia, creado en 1922 gracias a la iniciativa del por entonces ministro de Polonia en ésta, doctor Ladislao Mazurkiewicz, incansable trabajador social.

Por su redacción pasan los redactores ‘ad honorem’ como Ladislao Jakubowski, Teófilo Kalinowski, Ladislao Drozdowski, Estanislao Kowaleski, Estanislao Pyzik, León Wanatowicz, y colaboradores honoríficos como el doctor Radecki, Bernstein, Zach, Ladislao Plesniak, Estanislao Czyzewski, Marion Stempowska, doctor Mariano Seyda, Wanda Nakoniecznikoff, Wanda Jezierska, doctor Tadeo Kozlowski, doctor Wysokiński, Olga Pasternak, Wala Fuksa, el incansable R.P. Walkowski; y los redactores Roman, Olejniczakowski, Taworski, Owsianowski, Leczycki, Golkowski, Zbigniew Zarnowski y, últimamente, Roman Dabrowski y el comité de redacción.

En 1928 aparece un nuevo semanario fundado por Guillermo Janiczek, redactado por Juan Cyrankiewicz, los que después de unos meses lo venden a Boleslao Lasecki y José Kondratowicz, dueños de un restaurante. Ellos toman a Wlodzimierz Taworski, uno de los mejores redactores que ha tenido la colectividad, quien lo dirige cierto tiempo, para tomar más tarde a Tomás Wojnowski. Se puede decir que, con un pequeño intervalo, Wojnowski ha sido durante toda la vida redactor principal del semanario Correo Polaco, si bien por la redacción también han pasado Estanislao Owsianowski, Zbigniew Koliński, Mieczyslao Wydrzyński, Ipochorski – Lenkiewicz y otros. Durante unos años, Correo Independiente aparece como diario, editando los días viernes una edición aumentada, girada especialmente a las provincias. Editan ellos también una revista mensual, Argentina, a cargo durante cierto tiempo del doctor Pizarro Lastra y Paciorkowski.

Correo Independiente Polaco es otro de los periódicos que ha vivido más tiempo; desaparece, empero, en 1947 por falta de suscriptores.

Mientras tanto, en el ínterin aparecen y desaparecen semanarios como Mensajero Polaco, redactado por Segismundo Bialobrzeski y los empleados de la legación; Amigo del Pueblo, Tribuna del Pueblo, bajo la redacción de Taworski, y otros.

En Misiones inician su salida dos biseminarios. El procurador, de tendencia clerical extrema, unido a la congregación del Verbo Divino, redactado por Juan Czajkowski nominalmente; y El Colono, más moderado de tendencia, redactado en principio por Nikodem, Adán Dutkiewicz más tarde y por fin, hasta el cierre, por Antonio Skupień. Los dos biseminarios han desaparecido casi al mismo tiempo, en 1947.

Un semanario que ha durado más ha sido la Gaceta Polaca, fundada en 1938 y desaparecida en 1942. Muy bien redactada por Taworski, si bien como redactor responsable figuraba Gustavo Borowski, ex empelado consular, ha sido editada en forma clara, bien distribuida, estando esta labor a cargo de los socios y tipógrafo muy calificado Clemente Jankowski. En su redacción colaborada también el ingeniero Estanislao Biernacki.

Aparte de los mencionados, de varios boletines de la Cámara de Comercio Argentino-Polaca y otras ediciones de sociedades y organizaciones regionales que desaparecen cumplida su misión, la que perduró más tiempo es la revista mensual Dios y Patria, fundada en 1938 por el R.P. Jacobo Michalik, y que ha llegado hasta nuestros tiempos dirigida por el R.P. Maciaszek y en la actualidad por los R.P. doctor Luciano Luszczki y Smoleń, superior del convento de franciscanos polacos. Aparece con el título de Órgano del Círculo Católico Polaco.

A la llegada de la inmigración después de la segunda guerra se renuevan los intentos de crear nuevos órganos de publicidad y así aparecen Las cartas de Europa y Polonia, una de estas hojas publicitarias que ‘no sabía qué deseaba, no tenía programa alguno’, pero que era redactada por ‘ases’ del periodismo, como un tal Bau.

Los ex combatientes lanzan Nuestra causa, en su principio como boletín para sus asociados y más tarde como edición mensual, para luego transformarlo en semanario. A pesar de la buena pluma del por entonces redactor Zahora, no pudo remendar el pasado de la edición y ésta desapareció. Aparecen también algunas ediciones satíricas. Recién una iniciativa seria tomada por un grupo de personas que renovaron la aparición del semanario con el nombre de Correo Independiente, tomando hasta el estilo de sus titulares, ha dado a la colectividad un nuevo órgano, cuya redacción ha sido confiada a Félix Zahora con quien colaboró en principio y hasta su partida a Norteamérica el conocido egiptólogo Siuta. Prueban también pluma en sus páginas Zdzislaw Galaczyński, Venceslao Kozlowski, Estanislao Kozlowski y un escritor muy leído y serio, el doctor Mariano Seyda.

Tampoco faltaron entre las ediciones polacas las muestras de publicaciones partidarias al servicio del nuevo orden, si bien en todos los casos ocultaban las intenciones de hacer propaganda del régimen que se adueñó de Polonia, y rendían homenajes al patriotismo argentino, a sus héroes, tocando también las fibras íntimas del emigrante polaco hacia la lejana patria, jamás han tomado y comentado los hechos acaecidos en 1939, cuando los don ‘compinches’, el pardo nazista y el rojo bolchevique, se unieron para repartir a la nación polaca, atacándola sin causa justificada; jamás han condenado las deportaciones en masa de los ciudadanos polacos a los campos de trabajos forzados en Rusia; condenaban el reclutamiento de los voluntarios, justificando el desmembramiento de Polonia y la ocupación de provincias polacas que jamás en la historia han pertenecido a Rusia.

No han tenido por lo tanto simpatía alguna entre la colectividad polaca laboriosa y patriótica, y la duración de estas publicaciones eran siempre de muy corta vida.

Algunas de estas hojas eran subvencionadas por el partido comunista argentino, como por ejemplo Polonia Libre; Nueva Polonia, dirigida y redactada por Estanislao Kowalewski, un verdadero saltimbanqui político; Polonia Liberada, que unió su suerte a Pueblo, redactado por Popiel Schmit, actuando también Martín Raduj, José Ratner, Eduviges del Prado y otros en el cargo de redactores.

En la actualidad aparecen en Buenos Aires en forma regular: semanarios, Voz de Polonia y Correo Independiente; revistas mensuales, Dios y Patria, Bosque joven; un boletín de los boy-scout y en algunos casos boletines conmemorativos editados por sociedades y organizaciones que actúan en el territorio de la República Argentina”.

Fuente: “Los polacos en la República Argentina y América del Sur. Desde el año 1812”,

de Estanislao P. Pyzik

Transcripción: Honorio Szelagowski

Director de Prensa CiPol